Primera cita: muchos nervios y preparativos para que todo salga bien. Te pones tus mejores galas y a triunfar. O no.
Ya en el restaurante intentas ser interesante, pero hablas demasiado. Los nervios te traicionan, pero a tu pareja parece que no le importa.
Y después de la cena, unas (muchas) copas para que te desinhibas un poco más.
Todo va sobre ruedas, y el príncipe de tus sueños te acompaña a casa. ¿Qué será? ¿Beso y hasta mañana?
¿O lo invitarás a subir a tu apartamento?
Si todo ha ido bien te volverá a llamar al día siguiente. Eres la mejor.
Y si no te llama -él se lo pierde-, siempre puedes volver a las aplicaciones para ligar.
La primera cita siempre es dura, es cierto; pero no te preocupes, las siguientes son mucho mejores.