¿Recuerdas cuando eras un niño y lo único que querías era hacerte mayor para que tus padres no te estuvieran prohibiendo cosas divertidas todo el santo día? Todos hemos deseado tener cinco años o seis años más en nuestra infancia o adolescencia, cuando no nos dejaban llegar a casa a la misma hora que nuestros amigos más mayores.
Es lo normal, hasta que cumples los veintitantos y empiezas a ver que era una trampa, y que hacerse mayor no es sólo fiestas y juergas hasta que se ponga el sol, sino muchas responsabilidades y preocupaciones. Con lo bien que se vivía sin más agobios que levantarse para ir al cole y pasar las horas en la plaza jugando al fútbol con tus colegas…