Los selfies nos han invadido. Y han sacado lo peor del ser humano a flote. Cualquier momento es bueno para mirar a cámara y poner morritos, sin importar dónde estamos o con quién. Y si ese quien es tu pequeño hijo, quizás tengas un (grave) problema de adicción a las autofotos.
Atento a los selfies de estas horribles madres que te harán reflexionar. (O vomitar)