Karlos Arguiñano, el chef que conquistó a España.
Karlos Arguiñano no es solo un cocinero televisivo, es una de las figuras más queridas de la gastronomía española. Su estilo cercano, su sentido del humor y su pasión por la cocina han hecho de él un referente para varias generaciones. Desde hace décadas, sus recetas sencillas y sabrosas han entrado en miles de hogares, convirtiendo su programa en un clásico de la televisión.
Pero su trayectoria va mucho más allá de la pantalla. Junto a figuras como Juan Mari Arzak y Pedro Subijana, Arguiñano fue clave en el auge de la nueva cocina vasca. Su restaurante en Zarautz, que tuvo una estrella Michelin entre 1982 y 1998, fue testigo de una época dorada en la que platos como el pudin de perlón se convirtieron en iconos. Ahora, el chef ha decidido recuperar esta receta para su audiencia.
Un plato con historia.
Con su entusiasmo habitual, Arguiñano ha rescatado este «pedazo de plato», que guarda cierta similitud con el pastel de cabracho de Arzak. La receta es sencilla: se cuece el pescado, se desmiga con cuidado para eliminar las espinas y se mezcla con huevos batidos, nata y salsa de tomate. Luego, se hornea durante una hora a 170 grados hasta lograr la textura perfecta.
El resultado es un pudin cremoso y lleno de sabor, que se sirve con una salsa rosa elaborada con mayonesa, whisky, salsa de tomate y zumo de naranja. Para el toque final, no puede faltar su icónica ramita de perejil. La receta completa está disponible en la web de Hogarmanía, pero lo que más ha emocionado al chef ha sido el viaje al pasado que le ha supuesto volver a cocinarlo.
Un inesperado homenaje a Luisi que ha emocionado a todos.
En plena preparación del plato, Arguiñano recordó el papel fundamental de su mujer, Luisi, en los años dorados del restaurante. «Ha sido un crack porque atendía a la familia, atendía a los clientes, hacía las facturas de las 16 mesas a mano… y también hacía las cartas a mano. ¡A mano!», exclamó con admiración. «Increíble, Luisi, todo lo que has trabajado».
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El restaurante, inaugurado en 1979, sigue siendo un referente en la gastronomía vasca. Ubicado en un antiguo palacete de piedra conocido como Villa Aiala, a pocos metros de la playa de Zarautz, su cocina sigue en manos de Zigor Arguiñano y María Torres. En su carta se pueden encontrar platos como la ensalada de txangurro con aguacate y vinagreta de algas (22,50 euros) o el bacalao al pil-pil con sus kokotxas (23 euros).
Reconocimiento en redes y filosofía de vida.
Las palabras del chef han calado hondo entre sus seguidores, que han querido destacar su gesto en redes sociales. «Qué bonito hoy los comentarios que has hecho (una vez más) sobre la labor de tu esposa. Es bonito que hagas patente su ayuda en la sombra», comentó un usuario. Otros han aplaudido su forma de valorar a quienes han estado a su lado durante su carrera.
No es la primera vez que Arguiñano expresa públicamente su gratitud hacia Luisi. En una reciente entrevista con Gastro SER, resumió su filosofía de vida en una sencilla pero contundente reflexión: «Le pedí baile a Luisi hace 55 años y ahora somos 29. Es una auténtica maravilla. Lo más importante de este mundo es la familia. Ni la Selección, ni el Gobierno, ni lo que hay en el cielo… Después están los amigos y luego, los compañeros de trabajo. El que se despiste y no riegue esas tres cosas, no va a conseguir nada en esta vida». Así, una receta clásica se ha convertido en la excusa perfecta para recordar que el éxito no es solo cuestión de talento, sino también de las personas que te acompañan en el camino.