Critica en una nota a su vecino por «exceso de ruido» y la respuesta (con regalo incluido) es una genialidad

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Un auténtico lío de vecinos.

Las redes sociales se han convertido en un escaparate de las relaciones entre vecinos, que a veces son cordiales y otras no tanto. Muchos usuarios comparten en sus perfiles los testimonios de los piques que tienen con sus convecinos, ya sea por el ruido, las mascotas, el aparcamiento o cualquier otra cuestión.

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Algunos de estos piques se resuelven de forma directa, hablando cara a cara con el vecino en cuestión. Pero otros prefieren dejar mensajes escritos en el portal, en las puertas o en los buzones, que a menudo son irónicos, sarcásticos o incluso amenazantes. Estos carteles suelen generar reacciones de todo tipo, desde risas hasta indignación, y se viralizan rápidamente en las redes sociales.

«Menudo ritmo».

La cuenta de X @LiosdeVecinos es especialista a la hora de compartir este tipo de historias. En la cuenta aparece algunas de las anécdotas más surrealistas que acontecen en los vecindarios españoles, como una que se ha viralizado no solo por el mensaje, sino también por el regalo que incluía la respuesta.

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“Menudo ritmo, deberíais separar los muebles de las paredes si no queréis pintar la casa. Aquí os dejamos un caramelo para la garganta. Tanta gimnasia a ese nivel y a esas horas… Seguro tenéis un poco resentida la garganta”, dijo el primer vecino. Pero la conversación no quedó ahí: en cuestión de horas, el vecino aludido respondió con un mensaje, con regalo incluido.

“Se lo puedes comentar a quien quieras, a ser posible del sexo femenino, aunque no cierro puertas a nada”, pone en el papel. El mensaje termina: “Como entiendo tu malestar, aquí te dejo unos tapones para los oídos, que mañana he vuelto a quedar”.

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Después viralizarse la publicación, una usuaria llamada @carolopezg1980 no dudó en compartir en el mismo hilo del tuit la respuesta de una de las vecinas testigas de la historia: “Nos alegra mucho la actividad física y emocional de los convecinos. En la situación que vivimos ahora mismo solo me queda decir al protagonista de la saga: “Ole, mi niño””.

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La respuesta continuó añadiendo un preservativo: “Quiero velar también por el bien de todos, y puesto que ya se han repartido ornamentos para la garganta y tapones para otros, quiero hacer gala de mi generosidad y tener el siguiente detalle”.