La emotiva entrevista de Sonsoles Ónega.
En un rincón lleno de luces y emociones, el plató de ‘Y ahora Sonsoles’ se convirtió en el escenario de una conmovedora charla entre la presentadora Sonsoles Ónega y Mayte García, la exesposa del destacado futbolista Santi Cañizares. En esta emotiva entrevista, Mayte se atrevió a compartir su dolorosa experiencia, la pérdida de su hijo Santi, quien partió de este mundo el 23 de marzo de 2018, a la tierna edad de cinco años, tras una dura batalla contra un tumor cerebral.
Las palabras de Mayte resonaron en el ambiente cuando confesó la dureza del proceso de despedirse de su pequeño: “Mi marido me dijo que no lo dejaba ir. Me despedí de él y lo dejé marchar”. A pesar de la tormenta que sacudía su vida, la coach especializada en inteligencia emocional enfatizó cómo, a pesar del dolor, ella y Cañizares encontraron la manera de enfrentar esta tragedia con una determinación admirable, buscando levantarse y superarse cada día.
La historia de Santi, uno de los tres trillizos de la pareja, comenzó a ser marcada por la adversidad en 2016, cuando fue diagnosticado con cáncer tras sufrir vómitos, mareos y convulsiones que eventualmente lo llevaron al coma. Desde ese momento, la vida de la familia cambió para siempre, y Santi pasó por múltiples intervenciones quirúrgicas, incluyendo tres infartos cerebrales, antes de que su valiente lucha llegara a su fin.
“El diagnóstico te pilla en shock. Entras en pánico, no sabes qué va a pasar. Piensas que se va a morir”, compartió Mayte, recordando el momento en que su mundo se volvió sombrío. A pesar del abrumador sufrimiento, la madre siempre intentó ser un pilar de fortaleza para sus otras hijas, demostrando una admirable resiliencia en medio de la adversidad.
En un relato desgarrador, Mayte revivió el instante crucial en el que tuvo que enfrentarse a la inevitable despedida de su hijo: “El peor momento fue concienciarme de que me tenía que despedir. Es muy difícil despedirse de un hijo”. Este momento de profundo dolor se convirtió en un viaje de agradecimiento, donde Mayte encontró consuelo en las lecciones que Santi le había impartido: “Le agradecí todo lo que me había enseñado y le pedí perdón por si me había equivocado”. Además, compartió un gesto lleno de simbolismo: Santi fue incinerado vestido con la equipación de la selección española, un tributo de amor que dejó huella en su corazón.
La honesta realidad de la pérdida.
Durante la conversación, Mayte no eludió el impacto que esta tragedia tuvo en sus hijas, destacando su compromiso de ser honesta con ellas desde el principio: “Nunca engañé a mis hijas, supieron siempre lo que le pasaba a su hermano. Santi siempre iba a estar presente en nuestras vidas”. Su experiencia la llevó a encontrar un nuevo propósito, colaborando con una fundación que ofrece apoyo a madres que han sufrido la pérdida de sus hijos por el cáncer.
En su proceso de sanación, Mayte subrayó el valioso aprendizaje que su hijo le dejó: “Mi hijo me enseñó a vivir la vida con fuerza”. En medio de esta lucha personal, también reflexionó sobre su separación de Santiago Cañizares en 2021, después de 13 años de matrimonio, enfatizando cómo la muerte de su hijo afectó su relación: “Cuando se murió mi hijo, no pensaba que me iba a separar. Mi marido fue el mejor compañero para mí, pero Santi y yo evolucionamos de forma diferente. Él se quiso aislar más, yo soy de otra forma”.
El eco del dolor aún persiste en la vida de Mayte, y a pesar de que el tiempo ha pasado, confiesa que ver imágenes de su hijo sigue siendo un reto. “Parece que fue ayer y ha pasado un año”, reflexionó con la mirada perdida en recuerdos imborrables. Sin embargo, a pesar de la tristeza, Mayte también reveló un nuevo horizonte de paz en su vida, repleto de proyectos y nuevas perspectivas. “Estoy super feliz, tranquila, con muchísimos proyectos. Amando la vida”, compartió con una sonrisa que, aunque marcada por la tristeza, irradia la luz de la esperanza y la renovación.
Un legado de amor y esperanza.
Mayte García no solo es una madre que ha enfrentado la pérdida de su hijo, sino un faro de resiliencia y esperanza para quienes atraviesan situaciones similares. Su historia es un recordatorio del amor incondicional que se siente por los hijos, incluso en los momentos más oscuros. Con su valentía y apertura, ha logrado canalizar su dolor en acciones concretas que ayudan a otros a encontrar la luz en medio de la tormenta. En cada palabra que compartió en el plató, dejó un legado de amor y una lección invaluable sobre la vida y la felicidad. En definitiva, Mayte es un testimonio viviente de que, aunque el sufrimiento puede ser inmenso, el amor siempre encontrará la manera de brillar a través de las dificultades.