Un adiós sentido.
Las pérdidas de personas con un papel heroico en la sociedad dejan un vacío que trasciende a su entorno más cercano. No solo afecta a sus seres queridos, sino también a la comunidad que han protegido con su entrega y dedicación. En el caso de los bomberos, su labor va más allá de un trabajo: es una vocación marcada por el sacrificio y el servicio a los demás. Cada despedida de un héroe como él es un recordatorio del valor que han aportado a la sociedad.
Profundo pesar en el cuerpo de Bomberos de Gran Canaria tras el fallecimiento de Jesús Suárez Pérez, profesional del Parque de Bomberos de Puerto Rico, quien tras una dura batalla contra una enfermedad no pudo superarla. Su partida ha dejado consternados a compañeros y amigos que compartieron con él momentos de entrega y compromiso con la comunidad. Su lucha contra la enfermedad fue un reflejo de su fortaleza, la misma que mostró en cada intervención de emergencia.
Desde el Consorcio de Emergencias y en especial desde la dotación de Telde, así como compañeros de Las Palmas de Gran Canaria, han querido acompañar a la familia en estos momentos difíciles, reuniéndose en el Tanatorio Municipal de Telde, donde se encuentra instalada la capilla ardiente en su honor. La presencia de tantos compañeros y allegados demuestra el profundo respeto y cariño que generó a lo largo de su trayectoria. Su legado permanecerá en la memoria de quienes trabajaron codo a codo con él.
Homenaje a su legado.
Como muestra de respeto y recuerdo, sus compañeros han colocado su casco con el número correspondiente, un gesto simbólico que refleja el orgullo y la admiración hacia su trayectoria y entrega en el servicio. Este pequeño pero significativo tributo representa el reconocimiento a una vida dedicada a proteger y salvar a otros, incluso en situaciones de alto riesgo. Su equipo y herramientas, ahora en silencio, cuentan la historia de un hombre que nunca dudó en dar lo mejor de sí.
La imagen del casco, testimonio de su entrega y dedicación, resume el impacto de su pérdida en el cuerpo de bomberos. Más allá del dolor, queda el reconocimiento de una vida consagrada a proteger a los demás. Su valentía, compromiso y espíritu de lucha servirán de inspiración para las futuras generaciones de bomberos, que encontrarán en su historia un ejemplo de verdadera vocación. El vacío que deja es inmenso, pero también lo es el orgullo de haber compartido camino con él.
Jesús Suárez Pérez deja una huella imborrable en el cuerpo de bomberos, donde siempre será recordado por su compromiso, valentía y compañerismo. Su legado seguirá vivo en cada rescate, en cada emergencia atendida y en cada vida salvada por aquellos que siguen sus pasos. Descanse en paz.