Fallece un querido actor de ‘El Príncipe de Bel-Air’, y la noticia deja al reparto sin aliento

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El legado del barrio más famoso de la televisión.

A comienzos de los años 90, una comedia cambió para siempre la forma de ver las sitcoms familiares: El príncipe de Bel-Air. Con su mezcla de humor callejero, elegancia californiana y un mensaje de fondo sobre la identidad y la superación, la serie se convirtió en un fenómeno cultural. Protagonizada por un joven Will Smith en su debut televisivo, la historia del adolescente de Filadelfia que se muda a una mansión en Bel-Air conquistó a millones de espectadores y aún hoy se mantiene viva en la memoria colectiva.

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Su éxito residía en la mezcla perfecta entre risa y reflexión. Bajo la apariencia de una comedia ligera, El príncipe de Bel-Air hablaba de racismo, desigualdad y familia con una honestidad poco común en la televisión de la época. Cada personaje —desde el estricto tío Phil hasta el encantador mayordomo Geoffrey— aportaba un matiz distinto, creando un retrato coral que trascendió generaciones. La química entre los actores era innegable, y su legado se consolidó con el tiempo.

Por eso, cada vez que alguno de sus intérpretes se despide del mundo, la noticia golpea con una mezcla de nostalgia y tristeza a quienes crecieron riendo con ellos. En apenas unas semanas, dos pérdidas consecutivas han sacudido al reparto de esta icónica serie. Y aunque los focos suelen apuntar al protagonista, esta vez la emoción se concentra en quienes, sin ocupar el centro del escenario, dejaron huellas imborrables en la memoria de los fans.

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Un adiós que llega en silencio.

El pasado 30 de octubre, la familia de Floyd Roger Myers Jr. comunicó su fallecimiento a los 42 años. Fue el actor encargado de interpretar al pequeño Will en los flashbacks de la infancia del protagonista. Su repentina muerte, causada por un infarto, fue un recordatorio doloroso del paso del tiempo y de cómo una generación entera sigue ligada emocionalmente a esa serie que marcó su juventud.

La tragedia de Myers se convirtió en un eco aún más triste cuando, pocas semanas después, se conoció la partida de otro querido miembro del elenco. La familia de quien diera vida al entrañable empleado de mantenimiento de la mansión Banks decidió comunicar la noticia con discreción. “Tejió alegría, profundidad y representación en cada papel que interpretó y en todo lo que hizo”, dijeron sus seres queridos en un comunicado cargado de cariño y respeto.

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El fallecimiento se produjo el pasado 22 de septiembre, aunque no fue confirmado públicamente hasta ahora. Este actor, además de su participación en El príncipe de Bel-Air, dejó una marca imborrable en la televisión norteamericana por su papel en El show de Bill Cosby, donde interpretó al hermano del personaje de Bill Cosby entre 1969 y 1971.

El hombre que dio voz a la dignidad.

Su nombre era Lee Weaver. Para muchos, su rostro era sinónimo de sabiduría y ternura dentro del universo de los Banks. Weaver fue uno de esos intérpretes capaces de llenar la pantalla sin necesidad de grandes discursos, ofreciendo humanidad y realismo a cada escena. Su carrera se extendió durante décadas y abarcó cine, teatro y televisión, siempre con el mismo compromiso por dignificar a los personajes afroamericanos.

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Aunque el comunicado familiar no detalló las causas de su muerte, la pérdida de Weaver se suma a la reciente desaparición de Myers, marcando una etapa especialmente difícil para los admiradores de la serie. Su filmografía incluye apariciones memorables en títulos como O Brother!, Donnie Darko y The 40-Year-Old Virgin, donde volvió a demostrar su inagotable talento para mezclar humor y profundidad.

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Los homenajes no se han hecho esperar. Redes sociales, compañeros de profesión y seguidores han recordado escenas icónicas y frases que hoy cobran un nuevo significado. Detrás de cada mensaje hay un reconocimiento compartido: la importancia de los secundarios que hicieron de El príncipe de Bel-Air algo más que una comedia; una auténtica lección de vida disfrazada de risa.

El eco de una familia televisiva.

Floyd Roger Myers Jr., el otro gran golpe reciente para los fans, deja un vacío enorme entre quienes lo conocieron. Tras tres infartos en los últimos años, su muerte llegó demasiado pronto. Era padre de cuatro niños, a los que dedicaba cada minuto fuera de los rodajes. Su familia abrió una página de GoFundMe para apoyar los gastos del funeral y el futuro de sus pequeños.

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“Era un padre devoto, un hermano cariñoso y un amigo cuya amabilidad, risa y calidez conmovían a todos los que lo conocían. Roger deja atrás a sus cuatro hermosos hijos: Taelyn, Kinsley, Tyler y Knox. Nuestra querida familia se enfrenta ahora a la inimaginable pérdida de alguien que lo era todo para nosotros”, escribieron sus familiares en la publicación.

Ambas despedidas, tan cercanas en el tiempo, recuerdan que El príncipe de Bel-Air no fue solo una serie, sino una comunidad. Un conjunto de actores, guionistas y espectadores que, durante seis temporadas, compartieron una visión luminosa del mundo. Hoy, el eco de su risa resuena con un matiz distinto, más melancólico pero igual de poderoso: el de la huella eterna que dejan los que hicieron del humor una forma de cariño.