Un regreso tras años de silencio.
Amador Mohedano es un nombre inseparable del legado de Rocío Jurado. Hermano de la inolvidable artista, su vida ha estado siempre ligada al mundo del espectáculo y, por extensión, a la familia que quedó tras la muerte de ‘La más grande’. Entre esas relaciones familiares, una de las más complicadas ha sido la que mantiene con su sobrina, Rocío Carrasco. Durante años, las tensiones entre ambos han ido en aumento, especialmente desde la emisión del documental en el que la hija de la cantante narró su versión de los conflictos familiares.
Después de tres años alejado de los platós, Amador Mohedano ha decidido romper su silencio. En una entrevista reciente, ha hablado sin reservas sobre su situación actual y, sobre todo, sobre su relación con Rocío Carrasco. Durante la charla, mostró su malestar por lo que se contó en la serie documental ‘Contar la verdad para seguir viva’, una producción que agitó el panorama televisivo y provocó una auténtica tormenta mediática.
La conversación no tardó en ahondar en los sentimientos de Amador sobre su sobrina. «Rocío no va a ser feliz. Tiene que tener un cargo de conciencia muy grande. No es normal lo que ha hecho. Ha tirado por tierra toda la familia», sentenció con contundencia. Según él, el enfrentamiento con Rocío ha sido el motivo principal por el que se ha mantenido alejado de los focos en los últimos años.
Un veto que ahora se rompe.
En un momento clave de la entrevista, el hermano de Rocío Jurado confesó que hasta ahora no había podido hablar con libertad sobre el tema. «Yo no he venido antes porque decía que quería hablar para defender a mi familia porque lo que ha hecho ella con todos nosotros es una barbaridad muy grande. Y a mí se me decía que estaba prohibido hablar de Rocío Carrasco. Era lo que había», reveló.
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“Me ha tratado como un guiñapo”
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Fue entonces cuando un micrófono abierto dejó al descubierto un detalle inesperado. «Era, era», se escuchó decir a un colaborador, dando a entender que esa restricción ya no existía. Mientras, los presentadores del programa, Bea Archidona y Santi Acosta, corroboraban que ahora sí tenía la libertad de expresarse sin restricciones.
El desencuentro por el museo.
Uno de los episodios que más dolió a Amador en este distanciamiento fue su salida del museo dedicado a Rocío Jurado. «Dos años trabajando en el museo con toda la creatividad mía y cuatro meses antes me tuve que ir…», explicó visiblemente afectado. Según sus palabras, Rocío Carrasco llegó a confiar en él como la única persona capaz de desarrollar bien el proyecto: «Ella me llamaba a mí para decir que solo yo iba a hacer bien el museo».
A pesar de todo, Amador asegura que su entorno familiar está fuerte y cohesionado. «Estamos totalmente mentalizados, hablamos entre nosotros muchas veces», afirmó, dando a entender que el núcleo más cercano ha cerrado filas en torno a esta situación. Sin embargo, el conflicto sigue sin resolverse completamente, como él mismo dejó claro con una última reflexión: «¿De qué vale que todos nos llevemos bien si una no quiere compartir su vida con el resto?».
La reaparición de Amador Mohedano en televisión ha vuelto a poner sobre la mesa una fractura familiar que parece difícil de sanar. Su testimonio, cargado de reproches, deja claro que el distanciamiento con su sobrina sigue siendo profundo. Queda por ver si esta entrevista abrirá una nueva vía de comunicación o si, por el contrario, afianzará aún más la distancia entre ambos.