La dictadura del cuerpo perfecto ha convertido Instagram en una improvisada pasarela donde muchos se exhiben buscando la aprobación de sus seguidores en forma de corazones. Cuanto más likes reciben, más felices son, y algunos usuarios han llegado al punto de poner en duda las fotografías de sus “rivales” en esta red social insinuando que han usado el Photoshop para verse mejor. ¿No te lo crees? Pues sigue leyendo.
La locura del “estar más en forma que nadie” fue la que puso en tela de juicio a Georgia Gibbs, una joven bloggera que fue acusada de aumentar las dimensiones de una amiga junto a la que aparecía en una fotografía que publicó en su perfil de Instagram. La razón que daban estas personas es que así, Georgia, se veía más en forma.
Aunque es obvio que la amiga de Georgia es más robusta que ella, la joven aseguró que nunca jamás haría una cosa así para verse mejor. Las dos amigas, hartas de las maldades de los trolls de Internet, se crearon una segunda cuenta para callar la boca de los haters que ponían en duda su verdadera amistad.
Con @any.body_co, que ya con más de 87.000 seguidores, las dos jóvenes muestran que la verdadera belleza está en el interior, algo que no deberíamos olvidar en estos tiempos de obsesión por el culto al cuerpo.