Una figura que deja huella tras su partida.
Las tragedias, más allá de su impacto inmediato, suelen dejar huellas profundas en el tejido social, especialmente cuando involucran la pérdida de figuras queridas y respetadas. En estos casos, la sociedad se enfrenta a la difícil tarea de procesar la muerte, ese inevitable destino que todos compartimos. Aunque es natural buscar consuelo en la idea de que la muerte es parte del ciclo de la vida, en muchas ocasiones el dolor se torna insuperable, sobre todo cuando la pérdida ocurre de manera inesperada. Así lo ha sentido España con la noticia del fallecimiento de Jimmy Giménez-Arnau, una figura icónica en la televisión y en la prensa rosa.
El martes, la crónica rosa española quedó sumida en el luto. La triste noticia del fallecimiento de Giménez-Arnau fue anunciada en el programa Ni que fuéramos Shhh, causando un shock inmediato. «Estamos destrozados» y «es una noticia que nunca hubiéramos imaginado dar», lamentaron sus amigos y antiguos compañeros del extinto programa Sálvame. El inesperado adiós del periodista dejó a muchos en estado de incredulidad, incapaces de asimilar lo ocurrido, mientras las lágrimas fluían en el plató en señal de un respeto que trascendía las cámaras.
“Muchas gracias Belén. Se ha quedado sin ver el nuevo estadio del Madrid, pero bueno. Un abrazo enorme”, fueron las sorprendentes palabras en directo de su esposa, Sandra Delgado, después de la llamada de Belén Esteban. El rostro de los presentadores del espacio era todo un poema, ya que todos se quedaron en shock por la noticia.
Ver así a un mastodonte como Matamoros… Impresiona.
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— 𝗘𝗟 𝗕𝗔𝗥𝗕𝗔𝗦 (@ElMiticoBarbas) September 17, 2024
El amor de su vida y los recuerdos compartidos.
Durante los últimos años de su vida, Giménez-Arnau compartió su corazón y su vida con Sandra Delgado, la mujer con la que contrajo matrimonio en 2013. Este vínculo fue una fuente de estabilidad y amor para el periodista, cuya partida ha dejado un vacío incalculable en su esposa. Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, la también famosa Belén Esteban le envió un mensaje de condolencias a Delgado, a lo que ella respondió con gran entereza y un toque de nostalgia: «Muchas gracias Belén. Se ha quedado sin ver el nuevo estadio del Madrid, pero bueno. Un abrazo enorme». Esta frase, sencilla pero cargada de emociones, refleja no solo el cariño entre las personas involucradas, sino también el lado más humano de una despedida tan dolorosa.
El amor que Jimmy sentía por Sandra no era un secreto, y él mismo lo dejó claro en una de sus entrevistas. «Sandra es la mujer que más he querido en toda mi vida, la más seria, responsable y trabajadora de todas las mujeres con las que he estado», confesó en una ocasión al medio Hola. Con estas palabras, el periodista mostró el profundo respeto y afecto que le tenía a su esposa, convirtiendo su relación en un símbolo de compromiso y lealtad.
Los últimos días de un ícono del periodismo.
Jimmy Giménez-Arnau cumplió 80 años el pasado sábado 14 de septiembre, celebrando una vida llena de momentos memorables y polémicas que lo convirtieron en una de las figuras más conocidas del país. A pesar de su popularidad, su vida privada siempre despertó tanto interés como su carrera pública. Aunque hasta el momento no se han esclarecido las causas exactas de su muerte, lo cierto es que su partida ha dejado un vacío difícil de llenar en la televisión española.
Hijo de un diplomático, Jimmy se hizo un nombre propio en la esfera pública, pero su historia estuvo también marcada por sus relaciones sentimentales. Su matrimonio con Merry Martínez-Bordiú en 1977 en la emblemática capilla del Pazo de Meirás fue ampliamente cubierto por los medios, y de esa unión nació su única hija, Leticia Giménez-Arnau Martínez-Bordiú, con quien, lamentablemente, llevaba años sin mantener contacto. Su vida amorosa no terminó ahí, y más tarde se casó con María Teresa Fernández Peral, relación que también llegó a su fin en 1993, seis años después de haber comenzado.
En definitiva, Giménez-Arnau fue un personaje multifacético, con una vida personal y profesional que cautivó tanto a sus seguidores como a aquellos que lo criticaban. Sin duda, su figura será recordada por mucho tiempo, no solo por su labor en los medios, sino también por el impacto que dejó en quienes lo rodearon.
La herencia sorprende a propios y extraños.
Jimmy Giménez-Arnau nunca logró mantener una relación estable con su familia más cercana. A pesar de tener hermanos y una hija, su contacto con ellos se esfumó con el tiempo, y el dinero se posicionó como el principal motivo de esta ruptura. El periodista, hijo de José Antonio Giménez-Arnau, un diplomático de renombre, disfrutó de una vida cómoda a pesar de las dificultades económicas de la postguerra. Pudo permitirse estudiar en la prestigiosa Universidad de Navarra y, más tarde, residir con la familia Rockefeller en Nueva York. Su carrera como escritor comenzó a florecer en este entorno de privilegios. Sin embargo, todo ese confort material no evitó que se produjeran quiebres importantes en su vida personal.
En una entrevista que concedió a Bertín Osborne hace unos tres años, Jimmy confesó un momento que reveló su lado más humano. Recordó con nostalgia cómo, al marcharse de casa, sintió una profunda tristeza al no poder estar presente para su hija. Compartió que una de las costumbres más entrañables era ayudarla a dormirse, ya que la niña se relajaba agarrando su dedo. Esta imagen contrasta fuertemente con el hecho de que, con el tiempo, perdió el contacto con ella.
Jimmy relató que durante varios años luchó por ver a su hija en tribunales tanto en España como en Estados Unidos. Aunque los veredictos judiciales le fueron favorables, su exmujer siempre encontraba la manera de evitar que pudieran estar juntos. Este largo proceso judicial, aunque resultó en una victoria legal, no le proporcionó el anhelado vínculo con su hija, Leticia. De hecho, Giménez-Arnau confesó a Bertín que llevaba décadas sin saber nada de ella y que, a estas alturas de su vida, no tenía interés en retomar el contacto.
Un destino similar le tocó con sus hermanos. Aunque en el matrimonio de sus padres nacieron seis hijos, solo sobrevivieron cuatro, y a pesar de que Jimmy aseguró que en un momento tuvo una buena relación con algunos de ellos, todo cambió con la muerte de sus padres. La herencia, un tema recurrente en muchas familias, se convirtió en el motivo de una profunda ruptura. Según la versión de Jimmy, la disputa sobre el reparto de los bienes familiares fue lo que terminó por disolver esos lazos fraternales.
El pasado martes 17 de septiembre, los colaboradores del programa ‘Ni que fuéramos Shhh’ aprovecharon para rendir homenaje a Jimmy Giménez-Arnau en el plató, recordando diferentes facetas de su vida. Entre los temas que salieron a la luz, uno de los que más curiosidad despertó fue el del legado que el periodista habría dejado tras su fallecimiento. La herencia de Jimmy sorprendió a María Patiño, quien señaló que «ha ganado muchísimo dinero». A pesar de esta afirmación, el estilo de vida de Giménez-Arnau no se ajustaba al perfil de alguien que acumulaba riquezas sin más.
Según contó María Patiño, aunque Giménez-Arnau “ha ganado muchísimo dinero”, era un hombre que vivía al día, disfrutando plenamente de lo que tenía. Esto fue corroborado por Kiko Hernández, quien explicó que «no era un gran ahorrador, si tenía que gastar, gastaba». Esta actitud hacia la vida, de disfrutar el presente sin preocuparse demasiado por el futuro, parece haber marcado su relación con el dinero y, en cierta medida, con su legado.
Recuerdos de una relación marcada por la distancia.
El programa ‘TardeAR’ ha dedicado un emotivo espacio para recordar al recientemente fallecido Jimmy Giménez-Arnau, haciendo un repaso a la compleja relación que tuvo con su hija a lo largo de los años. Las cámaras del programa han compartido en exclusiva algunas imágenes inéditas del periodista, lo que ha dado pie a que los colaboradores presentes en el plató rememoren momentos clave de su vida y trayectoria profesional. Entre estos recuerdos, la relación con su hija Leticia ha sido uno de los temas centrales, un vínculo quebrado que nunca se logró reparar.
La emisión arrancó con un reportero desplazado al tanatorio de Tres Cantos, en Madrid, donde reposaban los restos del periodista. Desde allí, se ofreció una actualización sobre la ausencia de Leticia en el lugar, señalando que la hija de Jimmy no había acudido a despedirse de su padre. Este hecho, aunque doloroso, era predecible para quienes conocían el distanciamiento que ambos mantenían desde hacía más de tres décadas. «Leticia no ha venido a dar el último adiós», explicó el reportero, subrayando la grieta emocional que nunca se cerró entre padre e hija.
La relación rota entre Jimmy y su hija ha sido motivo de reflexión en diversos espacios televisivos, incluyendo el programa de Bertín Osborne, ‘Mi casa es la tuya’. En una de sus últimas entrevistas, el periodista confesaba lo duro que fue para él perder contacto con Leticia, a quien dejó de ver cuando ella tenía 12 años. «Luché por mi hija durante años para lograr su custodia», admitió Giménez-Arnau, pero las batallas judiciales no fueron suficientes para evitar la separación definitiva. Desde entonces, padre e hija no volvieron a cruzar palabra.
Renuncia a la reconciliación.
A pesar de haber ganado la custodia en los tribunales, Jimmy decidió dejar de pelear por una relación que sentía irrecuperable. A lo largo de su vida, fue cada vez más claro en expresar que no deseaba mendigar el amor de su hija. En una de sus últimas declaraciones públicas, afirmó con rotundidad: «No voy a mendigar amor. Ha tenido 29 años y ni ha venido a los entierros de mi madre ni de mi padre». Estas palabras, llenas de amargura y resignación, revelan el profundo dolor que acompañó al periodista hasta su muerte, habiendo dejado atrás cualquier esperanza de reconciliación.
A pesar de la distancia emocional, las fotografías mostradas en ‘TardeAR’ ofrecieron una imagen distinta de aquellos primeros años, cuando aún había un vínculo entre padre e hija. Las imágenes, tomadas durante un paseo en el emblemático parque de El Retiro, revelan momentos de ternura y alegría compartidos entre ambos. Era evidente que, en algún momento de sus vidas, ese amor paterno existió y fue importante para Jimmy, aunque las circunstancias lo apartaron de Leticia para siempre.
La vida siguió su curso para Leticia, quien en 2008 se casó en Estados Unidos, en el mismo lugar donde contrajeron matrimonio Jimmy y su esposa. El periodista, sin embargo, no estuvo presente en ese día tan especial para su hija, lo que simbolizó una vez más la imposibilidad de reconstruir la relación. A pesar de todo, quienes lo conocían aseguran que Jimmy siempre deseó la felicidad de Leticia, aunque el destino no les permitió una reconciliación antes de su partida.
El recuerdo de una esperanza frustrada.
Durante la emisión del programa, Marisa Martín Blázquez, colaboradora del plató, compartió una anécdota que evidenciaba el anhelo que Giménez-Arnau mantenía por recuperar el contacto con su hija. La periodista recordó un encuentro con Leticia años atrás, un hecho que llegó a oídos de Jimmy. «Cuando se enteró, me llamó muy emocionado para preguntarme cómo la había visto», relató Marisa. Estas palabras dejaron claro que, aunque públicamente Giménez-Arnau había renunciado a la idea de una reconciliación, en su interior siempre mantuvo la esperanza de que algún día las cosas cambiaran. «Ha tenido la esperanza de recuperar a Leticia», confirmó Marisa, cerrando así un capítulo lleno de emociones no resueltas y de un amor paternal que, aunque frustrado, nunca desapareció completamente.