La cara oculta de la fama.
El término “juguete roto” es una de las expresiones más duras que se utilizan en el mundo del espectáculo. Se refiere a aquellas figuras que, tras alcanzar la cima del éxito, caen en el olvido o atraviesan crisis personales y económicas de las que les cuesta recuperarse. La industria del entretenimiento es implacable y, aunque el brillo de la fama parece eterno, la realidad demuestra que muchos artistas terminan enfrentándose a situaciones límite.
Ser un “juguete roto” no implica solo perder la popularidad, sino también lidiar con las secuelas de una vida profesional inestable. La falta de oportunidades, las malas inversiones o la dificultad de encontrar nuevos proyectos pueden llevar a quienes antes brillaban a una situación de precariedad inesperada. En este escenario, la imagen pública se convierte en un arma de doble filo: lo que antes abría puertas, ahora puede cerrar oportunidades.
En España, muchas celebridades han atravesado este fenómeno y ahora es Ivonne Reyes quien se enfrenta a su peor momento. La actriz y presentadora ha revelado en una entrevista en ¡De viernes! la cruda realidad que vive: arruinada, sin ingresos fijos y con una depresión que la ha llevado al límite.
De la opulencia a la ruina. Una confesión sin filtros.
Según ha publicado la revista Lecturas, Ivonne Reyes ha perdido cerca de diez millones de euros y actualmente mantiene deudas con distintos acreedores. «Cuando trabajaba en la tele tenía unos ingresos muy buenos, bastante altos y vivía muy bien. Ahora no tengo nada, estoy pasando por un bache económico», confiesa, dejando claro que la situación es más grave de lo que muchos imaginaban.
Su carrera en televisión tuvo momentos de gran éxito, pero ahora lamenta que no recibe llamadas para trabajar. Incluso insinúa que podría haber una “mano negra” detrás de su exclusión de los platós. Su prioridad ha sido ocultarle esta crisis a su hijo Alejandro, aunque reconoce que ha sido un proceso muy difícil.
A pesar de las dificultades, Reyes evita presentarse como una víctima. «No vengo de mártir ni de pobrecita yo», asegura, aunque admite que ha tenido que pedir dinero prestado para poder salir adelante. Su hijo ha llegado a ayudarla económicamente, algo que le ha dolido profundamente. «El dinero que he perdido, no tengo ni idea. Pero más o menos diez millones», revela, dejando en evidencia la magnitud de su caída.
La realidad de empezar de cero.
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando le preguntaron cuánto dinero tiene actualmente en su cuenta bancaria. Su respuesta sorprendió a todos: «No tengo dinero en las cuentas, no tengo cuenta bancaria ahora, tendré cuando me paguen aquí». Sin embargo, ha dejado claro que su prioridad es mantener al día el pago del alquiler, pues lo considera esencial para su estabilidad.
Su situación económica ha afectado seriamente su estado de ánimo. Ha reconocido que ha tenido que pedir dinero incluso para hacer la compra, un gesto que jamás imaginó en su época de mayor éxito. La falta de recursos y oportunidades la han llevado a una depresión que ha necesitado tratamiento.
Además, Ivonne Reyes ha atravesado problemas de salud graves. Una septicemia estuvo a punto de costarle la vida y su hermana llegó a prepararle el entierro ante la posibilidad de un desenlace fatal. «Me despedí de mis familiares, incluso de mi hijo», confiesa. Aunque logró sobrevivir, este episodio dejó huellas profundas en su bienestar emocional.
La sombra de Pepe Navarro y su exclusión televisiva.
Durante la entrevista, el programa sacó a relucir su batalla legal con Pepe Navarro por la supuesta paternidad de su hijo, algo que Ivonne no estaba dispuesta a tratar. En dos ocasiones amenazó con abandonar el plató. «No venía a ¡De viernes! a hablar de esto», sentenció, mostrando su hartazgo ante el tema.
Pero su mayor preocupación sigue siendo la falta de oportunidades en televisión. «No sé si se le llama mano negra, pero realmente sí fue bastante extraño y raro que, después de tantos trabajos, de galas, de programas de televisión, y, de la noche a la mañana, me llamaban que se caía el programa», lamenta. Su sensación de haber sido apartada del medio la persigue, y aún no encuentra respuestas a la ausencia de ofertas laborales.
La historia de Ivonne Reyes es un reflejo de lo volátil que puede ser el mundo del espectáculo. La fama, el dinero y el reconocimiento pueden esfumarse en un abrir y cerrar de ojos, dejando a quienes un día fueron estrellas en una lucha constante por mantenerse a flote. Su testimonio es el de alguien que se resiste a rendirse, pero que también muestra la cara más dura de una industria que, cuando cierra sus puertas, lo hace sin mirar atrás.