El ofertón del día, el “Yo no soy tonto” y el llévese dos por uno. Grandes carteles en los pasillos de los supermercados que nos avisan de chollos que, si los dejamos pasar, somos definitivamente imbéciles. Usted compre, señora, que este producto es el más barato que va a encontrar, el mejor precio del mercado, a no ser que lo busque por Internet y vea que la estoy engañando.
El estafar al consumidor con supuestas ofertas que no lo son tanto se ha convertido en un arte por parte de los supermercados y grandes almacenes, que son capaces de venderte un producto que no necesitas a un precio abusivo y conseguir que salgas contento y feliz con tu compra. Por ello te mostramos estas ofertas -las peores de la historia- para que tomes buena nota y sepas que si es demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea.
Fuente: Strambotic