Las polémicas fotos de la Lotería de Navidad: ¿Qué dice la justicia sobre el supuesto tongo?

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La sombra de la duda planea sobre el sorteo.

El Sorteo Extraordinario de Navidad es uno de los eventos más tradicionales y populares de España, que cada año reparte millones de euros en premios entre los afortunados que compran sus décimos o participaciones. Pero, ¿cómo se garantiza que todo se haga de forma transparente y sin trampas?

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«¿Qué tiene en la mano?» Fue la frase más repetida de la pasada Lotería de Navidad de 2019, un suceso que acabó en la Audiencia Nacional y la Fiscalía tuvo que dictar resolución. Todo comenzó con un vídeo que corrió como la pólvora por las redes sociales en las que se denunciaba ‘tongo’ en el sorteo extraordinario. En el vídeo aparecía un hombre colocando la tolva, la parte donde se encuentran todas las bolas, minutos antes de que comenzase el sorteo.

Además, mientras caen las bolas, parece tirar algo al bombo. A pesar de ello, de acuerdo con el protocolo de actuación de Loterías, el encargado de poner en funcionamiento el bombo no cometió ninguna ilegalidad incluso si introdujo a mano una bola que había saltado del resto, las cuáles se depositaron directamente de la tolva.

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¿Qué medidas de seguridad y control se aplican para evitar cualquier sospecha de tongo o manipulación? ¿Qué pasos se siguen desde que se fabrican las bolas hasta que se anuncian los ganadores? En este artículo te contamos todos los detalles de la organización y el desarrollo de este sorteo tan especial.

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La custodia de los elementos del sorteo.

Para asegurar que nadie pueda interferir en el resultado del sorteo, todos los elementos que intervienen en él (bombos, bolas, tolva, etc.) se guardan bajo llave y con vigilancia las 24 horas del día en la planta menos dieciséis del Teatro Real, el lugar donde se celebra el sorteo desde 2012. Allí permanecen durante la semana previa al 22 de diciembre, según explica Antonio López, subdirector del Juego de Loterías y Apuestas del Estado (Selae). El resto del año, estos elementos se almacenan en un lugar secreto que solo conocen los responsables de Loterías.

La tarde anterior al sorteo, se realiza una revisión de todas las bolas de los números y los premios que se van a utilizar, para comprobar que no haya ninguna defectuosa o dañada. Las bolas están hechas de madera de boj, tienen un diámetro de 18 milímetros, un peso de 3 gramos y los números están grabados con láser. De esta forma, se evita que haya diferencias de peso o tamaño que puedan influir en la probabilidad de salir. Además, se renuevan cada año para evitar el desgaste.

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El traslado al salón y el ensayo de los niños.

Una vez revisadas las bolas, se trasladan al salón del Teatro Real, donde se colocan en unos paraguas con unas liras que las sostienen. Cada lira tiene 100 bolas, y hay 1.000 liras en total, que contienen los 100.000 números que participan en el sorteo. También hay otras 1.807 bolas con los premios que se van a repartir, desde la pedrea hasta el Gordo. Los trabajadores de Loterías se encargan personalmente de colgar los paraguas en el techo del salón, y luego cierran y precintan las puertas hasta la mañana siguiente.

Esa misma tarde, también se realiza el último ensayo de los niños y niñas de la Residencia Internado de San Ildefonso del Ayuntamiento de Madrid, que son los encargados de cantar los números y los premios durante el sorteo. Esta tradición se remonta al año 1771, cuando este colegio era un hospicio para niños huérfanos y desamparados. Los niños ensayan durante varias semanas antes del sorteo, y reciben una gratificación económica por su participación.

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El inicio del sorteo y el llenado de los bombos.

El día del sorteo, los primeros en entrar al Teatro Real son los medios de comunicación acreditados, los niños de San Ildefonso y el personal que interviene en el sorteo, que lo hacen alrededor de las 6:45 de la mañana. A las 8:00 se abre el acceso al público, que puede ocupar las butacas del salón por orden de llegada y hasta completar el aforo, que es de unas 500 personas. A las 8:30 se cierra el acceso y se empieza a preparar el material para el sorteo.

Lo primero que se hace es bajar los paraguas del techo y volcar las bolas con los números en la tolva, que es un recipiente metálico con una abertura por la que se van pasando las bolas al bombo grande. Este bombo tiene una capacidad para 100.000 bolas, y está hecho de una aleación de latón y bronce. Mide 2,64 metros de alto, 2,11 metros de ancho y pesa unos 850 kilos. El diámetro de la esfera es de 1,58 metros. El bombo se cierra con llave y se pone en marcha para que las bolas se mezclen bien.

Después, se procede a llenar el bombo pequeño, que es el que contiene los premios. Este bombo tiene unas dimensiones de 1,60 metros de alto, 1,28 metros de ancho y un peso de unos 450 kilos. El diámetro de la esfera es de 0,74 metros. En este caso, se introducen primero los premios menores, luego las pedreas y, por último, los premios mayores, que se van anunciando en voz alta por un funcionario de Loterías ante la mesa que preside el sorteo. El último premio que se mete es el Gordo, que este año tiene una dotación de 400.000 euros al décimo.

El desarrollo del sorteo y el canto de los niños.

A las 9:00, se da inicio al sorteo, que tiene una duración aproximada de cuatro horas. El procedimiento es el mismo durante todo el tiempo: uno de los niños de San Ildefonso saca una bola del bombo de los números y otro, al mismo tiempo, saca otra del bombo de los premios. Ambas bolas se cantan por otros dos niños, que las introducen en unos alambres que forman una tabla. Cada tabla tiene 200 bolas de cada clase, y se cierra con la conformidad del presidente y del interventor del sorteo. El sorteo termina cuando no queda ninguna bola en el bombo de los premios.

Los niños de San Ildefonso se van turnando cada media hora, y cantan los números y los premios con una entonación característica que forma parte de la tradición del sorteo. Algunos de los momentos más emocionantes son cuando salen los premios mayores, como el Gordo, el segundo o el tercero, que suelen provocar la alegría de los agraciados y el aplauso del público. También hay momentos curiosos, como cuando se repite un número o un premio, o cuando hay algún error o equivocación.

La elaboración de la lista oficial y la exposición de las tablas.

Mientras se celebra el sorteo, también se pone en marcha la maquinaria de Loterías y Apuestas del Estado para obtener la lista oficial de los premios y las poblaciones agraciadas. Este proceso se hace mediante un sistema informático que recoge los datos de las bolas que se van cantando y los contrasta con los de las tablas. Unos 50 trabajadores colaboran en esta tarea, que se realiza con el máximo control y rigor. Al terminar el sorteo, se comprueban los posibles errores y se envía el fichero de números y premios a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

Esta entidad es la encargada de imprimir la lista oficial, que se edita y distribuye la misma tarde del 22 de diciembre a los puntos de venta de la red comercial de Loterías y a los medios de comunicación. También se publica en la web oficial de Loterías y en otras plataformas digitales. La lista oficial es el único documento que tiene validez a la hora de cobrar los premios, que se pueden reclamar desde el mismo día del sorteo hasta tres meses después.

Las tablas con los números premiados se quedan expuestas al público durante siete días en la sede de Loterías y Apuestas del Estado, situada en la calle Guzmán el Bueno de Madrid. Allí, los curiosos pueden acudir a comprobar sus décimos o a ver de cerca las bolas que han dado la suerte o la desgracia a miles de personas. Así se cierra el ciclo del Sorteo de Navidad, que cada año ilusiona y emociona a millones de españoles.