En First Dates últimamente no dejan de superarse: en las últimas semanas hemos sido testigos de como la sobrina de Azúcar Moreno revolucionó el programa poniéndole morritos a Matías, y soltando la frase más sexual del programa… o del pretendiente que le soltó a su cita un comentario en los baños del plató-restaurante que dejó estupefacto a toda la audiencia del dating show de Cuatro.
Parece que el programa mantiene intacta su capacidad de sorprender… lo normal cuando se trata de un programa con esa audiencia y con ese seguimiento en las redes sociales. Lo mejor de todo es que gracias al programa, estamos aprendiendo un montón sobre cómo ligar en este mundo moderno. Por ejemplo, durante la cena de Marta y Leo aprendimos que aunque te esperes muy poco de tu cita… ¡la realidad puede ser todavía peor!
Pongámonos en situación: Marta, una camarera de Huelva de 27 años, tenía unos requisitos un tanto particulares.
«Me gustaría encontrar a una persona que sea más bien tontito, que yo lo pueda manejar, que yo lo lleve… a ver, tampoco que sea muy tonto porque si no me aburro, y que me dé un poco de vidilla pero que esté ahí, que no sea muy espabilado que eso no me gusta.»
Según ella, estaba harta de los hombres con buen físico y «chulos de playa«, y quiso dar un giro de 180 grados a su vida. Poco le faltó para decir que lo que buscaba… era un «pringao«.
El bueno de Leo quedó rápidamente impactado con el físico de Marta. «Tiene los ojos muy bonitos y físicamente es una persona que vale la pena. Me ha gustado físicamente bastante«, aseguró el hombre, que se gana la vida con una de las profesiones más curiosas que hemos visto en First Dates: «escupiendo fuego en discotecas«.
Así, parecía que cada uno había encontrado en el otro lo que buscaba, y la cita transcurrió sin sobresaltos… hasta que llegó la hora de pagar la cuenta. Y Marta se encontró con una situación en la que no sabía si Leo realmente era un «pringao«… o un listo.
Antes de anunciar su decisión, ambos pasaron por el photocall del programa… y Leo se dio cuenta de un error imperdonable: se había dejado el dinero en casa.
«Esta criatura dice que no se ha traído dinero, que se lo ha dejado en casa«, explicó Marta a los camareros del programa.
No sabemos si este detalle tuvo la culpa, pero la sentencia final fue la que todos habrían esperado al principio de la cita: mientras que Leo sí quiso tener una segunda cita, Marta «no» porque «físicamente no es mi prototipo«.
«No es lo que iba buscando, pero como amigos…»
Así se lo tomaron en las redes:
#firstdates507 un tontito al que yo pueda manejar???? eso lo llega a decir un chico…..y aquí la tenemos…..me parece HORRIBLE ese comentario diga quien lo diga 😡😡😡😡
— Ray A.G (@RayALGZ) December 13, 2017
https://twitter.com/fer2365/status/941048583721234433
https://twitter.com/ividavi/status/941049695761326081
Pero ¿cómo se te va a olvidar el dinero si se supone que os dan 100€? Que alguien me explique. #FirstDates507 pic.twitter.com/p8vLNK8l2A
— ➫Aηdrες ℳαυrı✈️ (@Andr3sMau) December 13, 2017
https://twitter.com/Ladyvenscroft/status/941049793446645760
https://twitter.com/luis_law/status/941044927034740736
No era el tipo de Marta, porque al dejarse la cartera en el otro pantalón y tener que pagar ella la cita, no era lo suficientemente tonto #firstdates507 pic.twitter.com/9u7HyHUjCc
— ☠ (@vampyrofanarchy) December 13, 2017
#FirstDates507 Marta se ha hartado de golfos y ahora lo que le priva es una tertulia en el Café Gijón.
— Dulce CC (@DulceCorcu) December 13, 2017
"A esta no me la follo, pero vas a ver tú como me paga la cena…"
Leo pensando en voz alta. #firstdates507
— Amadeus (@Valandyl) December 13, 2017
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