Mazón dimite como presidente de la Generalitat un año después de la DANA y dice ahora esto: «Ya no…»

Anuncios

Carlos Mazón, el político en duda.

Carlos Mazón ha sido, durante más de un año, el rostro visible del Gobierno valenciano. Al frente de la Generalitat, su mandato ha estado marcado por la gestión de la catástrofe que arrasó la provincia de Valencia el pasado otoño. Licenciado en Derecho, curtido en las filas del Partido Popular, Mazón llegó al poder con la promesa de impulsar una administración ágil, cercana y orientada a las personas. Su tono sobrio y su empeño en la reconstrucción lo convirtieron en una figura de equilibrio entre el pragmatismo y la sensibilidad política.

Anuncios

Desde su llegada al Palau de la Generalitat, trabajó por devolver la estabilidad a una comunidad golpeada por la tragedia. Los meses posteriores a la DANA —una de las peores en la historia reciente del país— pusieron a prueba no solo su liderazgo, sino también su fortaleza emocional. A pesar de las críticas, Mazón fue percibido por muchos como un gestor incansable que supo mantener el rumbo entre la presión mediática y la desesperanza ciudadana.

Sin embargo, el peso de esa responsabilidad empezó a dejar huella. Quienes lo rodean aseguran que llevaba semanas meditando una decisión que, finalmente, se hizo pública tras un fin de semana de reflexión.

Anuncios

El anuncio que nadie esperaba.

El lunes, Carlos Mazón sorprendió al anunciar su dimisión como president de la Generalitat. Lo hizo en una comparecencia sobria, sin dramatismos, pero con una sinceridad poco habitual en política. Admitió estar exhausto y confesó que habría renunciado antes, de no ser por el compromiso con la reconstrucción de Valencia. “Ya no puedo más”, resumió, dejando entrever el desgaste acumulado tras meses de crisis, reuniones interminables y decisiones de alto coste personal.

Durante su intervención, insistió en que su salida no debe paralizar el trabajo del Consell. Pidió a Les Corts que elijan cuanto antes a un sucesor capaz de continuar el proyecto que él inició. Por el momento, seguirá en funciones hasta la publicación oficial de un nuevo presidente en el Boletín del Estado. Después, tiene previsto tomarse unos días de descanso, atendiendo —dijo— a la insistencia de su familia y al consejo médico que planea seguir en las próximas semanas.

Anuncios

Una dimisión en medio de un eco judicial.

El contexto del anuncio no fue casual: coincidió con la declaración en los juzgados de Catarroja de Maribel Vilaplana, la periodista con la que Mazón almorzó el 29 de octubre de 2024, el mismo día de la trágica riada que se cobró 229 vidas. Mientras ella acudía a declarar ante la jueza Nuria Ruiz Tobarra, el presidente saliente ofrecía su última rueda de prensa en el Palau. Dos escenas paralelas que, inevitablemente, avivaron el interés mediático.

Esa coincidencia temporal ha provocado todo tipo de interpretaciones. Algunos sectores la ven como una simple casualidad; otros, como un símbolo del peso que los acontecimientos pasados siguen teniendo sobre la política valenciana. Lo cierto es que el gesto de Mazón —su renuncia en un momento tan delicado— ha despertado una oleada de reacciones en redes sociales.

Anuncios

El eco en la opinión pública.

En cuestión de horas, su nombre se convirtió en tendencia. Usuarios, periodistas y figuras políticas debatieron sobre si su decisión fue un acto de coherencia, de cansancio o de pura estrategia. Las opiniones se dividieron entre quienes aplauden su franqueza y quienes lamentan que abandone el cargo en plena fase de reconstrucción. Lo indiscutible es que, con su salida, se cierra una etapa intensa y profundamente marcada por la tragedia.

El gesto de Carlos Mazón ha dejado una huella en la conversación pública. Su renuncia, inesperada pero comprensible, ha sido objeto de todo tipo de lecturas y comentarios entre los internautas, que han convertido su despedida en uno de los temas más debatidos de la actualidad valenciana.

Anuncios