Hace décadas, lo primero que hacía una madre al sostener a su hijo por primera vez, era ver si tenía todos los miembros. Contaba brazos y piernas para asegurarse que no faltaba nada. También los dedos de los pies y de las manos. Esta práctica desapareció con los avances de la medicina y con las ecografías: las mamás ya saben si sus bebés van a venir al mundo con algún problema en sus extremidades. Pero todavía hay personas que no tienen acceso a estas maravillas de la tecnología que en Occidente ya damos rutinarias.
Buen ejemplo de ello es lo que ha ocurrido en un hospital de la provincia de Hunan, en China. Allí, un niño apodado Hong Hong ha nacido con nada más y nada menos que 15 dedos en las manos y 16 dedos en los pies. Ni los médicos ni su madre sabían que iba a llegar a este mundo de esta forma.