La subcultura criminal rusa, conocida como gopniki —gopnik o gopniki en ruso, plural de gopnik—, tiene un estilo muy particular, pero lo más habitual es que incluya algo de Adidas, ya sea chándal o zapatillas.
Pero esta obsesión de una parte de la sociedad rusa con Adidas en realidad viene de lejos: tiene su origen en las Olimpiadas de Moscú de 1980, año en el que la ropa para el equipo soviético fue fabricada por la compañía alemana Adidas, aunque los dirigentes comunistas de la Unión Soviética prohibieron las míticas tres rayas de la empresa capitalista y se cambiaron por una roja. Pero las zapatillas sí conservaron sus rayas, ya que al recordar a la letra “m” lo hicieron pasar como un homenaje al lugar donde se celebraban los juegos, Moscú. Y aunque el nombre de la empresa no aparecía por ninguna parte en las prendas, Adidas ganó mucha popularidad en la Unión Soviética.
Como durante la época soviética los jóvenes rusos tenían escaso contacto con la moda occidental, todo lo que viniera de fuera se consideraba lo más molón. Durante los 90, la mafia reclutó luchadores y levantadores que tras haber finalizado su carrera deportiva estaban desesperados por ganarse la vida. Estos ex deportistas tenían acceso a ropas occidentales gracias a sus repetidos viajes al extranjero, así que siempre iban vestidos con ropa de marcas como Adidas. En esta época, la ropa deportiva llegó a representar poder y autoridad.
Posteriormente las falsificaciones de China, Turquía y el Cáucaso inundaron el mercado textil ruso, y en la actualidad, en un momento en el que la ropa de Adidas ha sido masivamente falsificada y vendida a bajo precio, la marca está al alcance de la sociedad de clase baja que valora esas prendas tanto por su comodidad como por reminiscencias de ese pasado más glorioso.
Ahora ya sabéis qué contestar cuando alguien vea imágenes como las siguientes y se pregunte, “¿pero qué diablos le pasa a los rusos con Adidas?”