La polémica corrección que hizo arder las redes.
Con el inicio de cada nuevo curso escolar, las redes sociales suelen llenarse de anécdotas que rápidamente captan la atención de miles de usuarios. Estas historias, a menudo relacionadas con las experiencias cotidianas en los colegios, despiertan un particular interés cuando se refieren a prácticas docentes que algunos padres consideran curiosas o cuestionables. Las dinámicas entre maestros, alumnos y familias generan debates, y más aún cuando los temas tocan aspectos culturales o lingüísticos, lo que no es raro en un país con tanta diversidad como España.
Entre las muchas historias que han surgido en este inicio de curso, una en particular ha resonado con fuerza entre los usuarios de las redes sociales, acumulando miles de interacciones. Se trata de la queja que un padre compartió en Twitter acerca de la corrección que una profesora hizo en el ejercicio de su hija de 8 años. Lo que inicialmente podría haber parecido un desacuerdo menor sobre el contenido de una clase, ha acabado por poner el foco en una cuestión mucho más profunda: el reconocimiento y el uso de las lenguas minoritarias en el sistema educativo español.
Más de 1.000 personas han mostrado su apoyo al padre, quien decidió publicar la corrección exacta que su hija había recibido en clase. El enunciado del ejercicio era claro y parecía abordar un tema común en muchas aulas del país: «En España, además del castellano, se habla otras lenguas como». La pequeña respondió con las lenguas que conocía: «Aragonés, catalán y el vasco». Sin embargo, como muestra la fotografía compartida por su padre, la profesora tachó «aragonés» y corrigió la respuesta escribiendo «gallego».
El padre, indignado, no tardó en compartir su frustración. «Tiengo una filla de 8 anyos con la que goso parlar en aragonés. Sabebe que arribaría este día: quan la profesora le corriche en un examen que l’aragonés no ye una luenga», escribió en su tuit, utilizando el aragonés, la lengua que intenta transmitir a su hija. Este hecho, para él, no solo tocaba un aspecto académico, sino que ponía en cuestión el esfuerzo familiar por preservar una lengua en peligro de extinción.
Tiengo una filla de 8 anyos con la que goso parlar en aragonés.
Sabebe que arribaría este día: quan la profesora le corriche en un examen que l’aragonés no ye una luenga.
No sé si decir que me fa vergüenya, duelo u que me foi triste… Posiblement las tres…
Lamentable. pic.twitter.com/pGQ50cUCHj— Ixaraixons (@Ixaraixons) October 7, 2024
La respuesta del padre que generó reflexión.
El mensaje del padre no solo era una queja sobre un error de corrección, sino una declaración de principios sobre la identidad lingüística y cultural de su familia. «No sé si decir que me fa vergüenya, duelo u que me foi triste… Posiblement las tres… Lamentable», concluyó en su tuit, también en aragonés. Este último comentario resonó especialmente entre aquellos que comparten la lucha por la preservación de lenguas minoritarias en España.
La traducción de su tuit al castellano, que también compartió, decía lo siguiente: «Tengo una hija de 8 años con la que suelo hablar en aragonés. Sabía que llegaría este día: cuando la profesora le corrige en un examen que el aragonés no es una lengua. No sé si decir que me da vergüenza, duelo o tristeza. Posiblemente las tres… Lamentable». El tono de su mensaje, claramente cargado de emoción, ha generado un debate más amplio sobre el lugar que ocupan lenguas como el aragonés en el currículo educativo oficial y sobre cómo las decisiones que se toman en el aula pueden afectar la percepción y el respeto por la diversidad lingüística del país.
Una simple corrección en un ejercicio ha servido de catalizador para una conversación nacional sobre el futuro de las lenguas minoritarias en España, y las redes sociales han demostrado, una vez más, su poder para amplificar voces que buscan reivindicar sus derechos culturales.