Risto Mejide, el crítico que se convirtió en personaje.
Durante años, Risto Mejide fue el rostro más temido de la televisión española. Su ironía afilada y su manera de diseccionar la realidad lo convirtieron en un personaje tan admirado como odiado. Publicista de formación, escritor por vocación y jurado televisivo por accidente, su figura trascendió los platós para convertirse en símbolo del comentario mordaz y la lucidez incómoda. En un país donde el espectáculo y la prensa se cruzan con facilidad, Risto siempre supo habitar el punto exacto entre ambos mundos.

Aunque su nombre se asocie a la polémica, su relación con la prensa del corazón ha sido un tira y afloja constante. Durante años, aseguró no querer formar parte del circuito mediático sentimental que analiza amores y rupturas con lupa. Sin embargo, su vida personal ha terminado siendo un terreno fértil para titulares, especialmente desde su matrimonio con la influencer Laura Escanes, con quien tuvo a su hija Roma. Aquella historia, que comenzó bajo el escrutinio del público por la diferencia de edad, marcó el inicio de una exposición mediática que nunca ha terminado del todo.
Aun así, Mejide siempre ha intentado mantener el equilibrio entre la privacidad y el interés público. Mientras cultiva su imagen de intelectual televisivo, la realidad es que su nombre no tarda en aparecer en los programas de corazón cada vez que cambia de pareja. En un panorama en el que los sentimientos son noticia, su figura encarna la paradoja del comunicador que denuncia la banalidad mediática, pero que no puede escapar de ella.
La sombra del amor y el titular.
Esa dualidad vuelve a ponerse sobre la mesa tras conocerse que Risto habría iniciado una nueva historia sentimental apenas un mes después de su ruptura con Laia Grassi, experta en inteligencia artificial y publicidad, a quien conoció durante una entrevista en Chester. Aquella relación, breve pero intensa, se esfumó en solo cuatro meses. Ahora, el presentador habría pasado página con una joven gijonesa que, según quienes la han visto, guarda un aire familiar respecto a sus anteriores parejas.
La noticia se filtró primero en redes sociales, ese escaparate donde las historias de amor empiezan a escribirse con emojis antes de confirmarse con imágenes. Hace unos días, ambos compartieron una fotografía desde un puente de Hamburgo, con el sol cayendo detrás y el rumor del río como testigo. Risto escribió que vive «un sueño de amor», un Liebestraum —como él mismo lo llamó—, confirmando así que el rumor era cierto y que la historia había comenzado oficialmente.

La respuesta de ella no tardó en llegar y fue pura efusividad romántica: «Lo inevitable siempre encuentra su manera. En Hamburgo o en el fin del mundo. Te amo maldita sea!!!». Detrás de ese mensaje, se esconde Merche, natural de Gijón, licenciada en Historia del Arte y actualmente agente inmobiliaria, según adelantó LOC. El presentador, que cumplirá 51 años el 29 de noviembre, vuelve a apostar por una compañera notablemente más joven, siguiendo una tendencia que ha sido habitual en su vida sentimental.
El amor en tiempos de redes.
La confirmación de la relación llegó gracias al olfato periodístico. Javi de Hoyos, colaborador de D Corazón, fue quien reveló la historia: la cuenta pública de Merche mostraba un vídeo grabado dentro de un coche en el que se veía una pulsera con una palabra clave, “Risto”. Fue el detalle que conectó las piezas del puzle y desató el interés de la prensa. A partir de ahí, la historia corrió por los platós y las páginas digitales, alimentando el ciclo mediático que Risto tanto critica y, a la vez, protagoniza.
Curiosamente, este nuevo capítulo personal coincide con un momento de transición profesional. Mejide ha anunciado que se despide del universo de los talent shows, dejando atrás su icónico papel como jurado en Got Talent. «Me encuentro grabando mi último baile», confesó, en un mensaje que muchos interpretaron como un cierre simbólico de etapa. Aun así, mantiene su puesto como presentador de Todo es mentira, el programa vespertino de Cuatro en el que combate bulos y medias verdades, como si intentara mantener una distancia irónica con la maquinaria informativa que ahora lo persigue.
Cuando la diferencia de edad deja de ser tabú.
Lo cierto es que la diferencia generacional en las parejas de famosos ha dejado de ser motivo de escándalo, aunque sigue generando conversación. En Hollywood, por ejemplo, George Clooney y Amal Alamuddin se llevan 17 años, y su matrimonio es considerado uno de los más sólidos del panorama internacional. En España, el actor Imanol Arias también mantuvo una relación con una mujer mucho más joven, demostrando que el amor no entiende de calendarios.

Más allá de la edad, lo que parece unir a estas parejas es una cierta afinidad emocional y una complicidad que supera los prejuicios. Leonardo DiCaprio, recurrentemente señalado por su gusto por las mujeres menores de treinta, continúa siendo ejemplo de cómo el debate sobre la diferencia de edad sigue vivo. Sin embargo, otros casos, como el de Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas —con 25 años de diferencia—, prueban que la estabilidad no depende de la fecha de nacimiento.
En España, Risto no es el único que ha elegido una pareja más joven. El cantante Bertín Osborne también refleja esa tendencia intergeneracional que el público observa con mezcla de fascinación y juicio. Las redes amplifican ese escrutinio, convirtiendo cualquier historia íntima en una conversación colectiva.
En última instancia, el caso de Risto Mejide muestra que el amor, cuando se vive bajo el foco, se transforma en relato público. Quizás por eso, entre críticas, memes y titulares, su historia más reciente no solo habla de un nuevo comienzo, sino también de cómo el amor —y su exposición— sigue siendo el mejor guion para la televisión contemporánea.