Que el cuerpo humano ha sufrido una evolución desde nuestros antepasados lo sabemos todos, pero que aún quedan vestigios de lo que fuimos nos ha sorprendido.
Palmaris longus
El “palmaris longus” es un tendón que se encuentra en la muñeca entre dos músculos flexores. Para saber si lo tenemos hay que juntar el pulgar y el meñique de una mano y mirar la parte interior de la muñeca. Si debajo de la piel se tensa, ¡Enhorabuena! es usted menos evolucionado.
Piel de gallina
Una herencia de cuando éramos más peludos. Cuando hace frío, el músculo que hay en la base de cada pelo se contrae, lo que hace que este se erize. Debajo de estos bultos los animales almacenan aire, que les aísla del frío, pero a nosotros ahora no nos sirve ya que nuestro pelo es demasiado débil.
Aquí el vídeo.