La realidad muchas veces supera la ficción, y esta es la historia que pasó en un pueblecito de Granada.
El alcalde pidió ofertas para pintar la fachada del ayuntamiento, que se caía a pedazos. Recibió tres ofertas: de una empresa alemana, una de Arabia Saudi y otra española.
Las ofertas iban desde los tres millones de los árabes, pasando por seis millones del alemán a los nueve millones del empresario español. Ante esta diferencia, el alcalde decidió reunirlos a todos.
El empresario árabe justificó que usa materiales de primera calidad, y en andamios, brochas y seguros se va el resto del presupuesto.
El alemán dice que van a usar una pintura especial que es más cara, pero que a la larga va a durar mucho más. Luego en mano de obra, seguros, materiales y demás tiene el resto de los seis millones de presupuesto.
Pero al final el ganador es el español, con el mayor presupuesto ofertado. Y esta fue la razón que convenció al alcalde:
“Mire Alcalde, tres millones son para usted, tres millones para mí y los tres que quedan se lo damos al árabe y nos pinta la fachada”