Trágico fallecimiento de una niña de dos años tras ahogarse en una piscina en Alicante

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Trágico suceso.

Hay noticias que atraviesan incluso a quienes nunca conocieron a la víctima. Cuando muere alguien tan pequeño, tan apenas comenzando a vivir, se estremece algo profundo en toda la sociedad. No importa el contexto ni el lugar: la muerte de una niña de dos años sacude hasta el silencio.

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Este domingo, en el municipio alicantino de Finestrat, una tragedia así ha vuelto a repetirse. Una niña de apenas dos años ha perdido la vida tras ahogarse en la piscina de una vivienda particular, según ha confirmado el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU). El aviso se recibió a las 12:40 horas.

Intentos a contrarreloj.

Desde el primer momento, la desesperación tomó el mando. Un médico del CICU asistió telefónicamente a los familiares, guiándolos para que iniciaran maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar. Cada segundo contaba, y del otro lado del teléfono se libraba una batalla invisible entre la vida y la muerte.

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Mientras tanto, el equipo del Servicio de Asistencia Médica de Urgencia (Samu) llegaba al lugar con celeridad. Prosiguieron con técnicas avanzadas de reanimación en un intento por revertir lo irreversible. Pero, pese a todos los esfuerzos, “no ha habido respuesta y han certificado el fallecimiento de la menor”.

Dolor en voz baja.

No se han difundido más datos sobre las circunstancias concretas del suceso, ni sobre el entorno familiar. En casos como este, el respeto al duelo y la intimidad pesa más que cualquier titular. La comunidad, sin embargo, queda impactada, sin palabras suficientes para abarcar el dolor.

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Accidentes como este abren una herida colectiva y, a la vez, despiertan preguntas que no siempre tienen respuestas. “Una niña de dos años ha muerto este domingo ahogada en la piscina de una vivienda particular en el municipio alicantino de Finestrat”, repiten los medios. Pero la frase no alcanza a contar lo que de verdad duele.

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