Del plató de ‘First Dates’ a un juicio por asesinato: el acusado reconoce los hechos y apela a su salud mental

El hombre que meses atrás buscaba el amor en televisión, se sienta ahora ante un Jurado Popular por un crimen que conmocionó Córdoba en verano de 2023. El acusado, un vecino del barrio de la Fuensanta y conocido por su participación en el programa ‘First Dates’, ha reconocido este lunes haber apuñalado mortalmente a un cliente en un bar del Santuario de la capital cordobesa el pasado 15 de agosto.
El juicio, que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba y se alargará hasta el viernes 13 de junio, tratará de esclarecer si el acusado era plenamente consciente de sus actos o si, como ha declarado, sufre un trastorno mental grave que le habría impedido comprender la ilicitud de lo que hizo.
Un crimen violento en un entorno cotidiano
El Ministerio Fiscal y la defensa coinciden en los hechos principales, aunque difieren profundamente en la interpretación de las capacidades mentales del acusado en el momento del crimen. Según el relato del fiscal, la agresión comenzó cuando el propietario del bar le pidió que se quedara a cargo del establecimiento mientras salía brevemente a tirar la basura. El acusado, que mantenía una relación de confianza con el dueño y había trabajado allí ocasionalmente, aceptó.
En ese instante, se dirigió al interior del bar donde se encontraba un cliente con el que, hasta ese momento, mantenía una relación amistosa. Sin mediar discusión ni conflicto previo, el acusado fue a una sala cerrada, cogió un cuchillo de cocina de 16 centímetros de hoja y atacó a la víctima con extrema violencia.
“Le asestó puñaladas en el abdomen, cuello, tórax, cabeza y cara durante al menos tres minutos”, recoge el escrito del fiscal. Una de esas cuchilladas, además, fue propinada por la espalda, “como una estocada”, cuando la víctima ya estaba sentada e indefensa en el suelo.
Una agresión que nadie entendió
El ruido alertó a los clientes que estaban en la terraza. Algunos entraron y trataron de frenar al agresor lanzándole incluso una silla. El propio dueño del local regresó y también intentó que el ataque cesara. Fue entonces cuando, según testigos, el acusado se detuvo, miró al dueño del bar y dijo: “Ya he terminado, llama a la Policía”. Luego se encerró en el baño, donde esperó a los agentes.
¿Plena consciencia o brote psicótico?
La clave del juicio reside en un elemento concreto: ¿estaba el acusado en plena posesión de sus facultades mentales? Según el Ministerio Fiscal, el procesado padece un trastorno mental grave con ideas delirantes, entre ellas delirios de persecución, agravado por un consumo habitual de cocaína y el abandono de la medicación.
Este estado, según recoge la acusación pública, habría provocado una limitación importante en su capacidad de comprender la ilicitud del acto. Por tanto, el jurado deberá valorar si se aplica una eximente completa (que le libraría de cárcel y supondría internamiento psiquiátrico) o una eximente incompleta, que conllevaría una pena de prisión reducida.
La defensa del acusado: “No estaba bien de la cabeza”
Durante su declaración, el acusado reconoció los hechos pero aseguró que actuó impulsado por su enfermedad mental y tras varios días consumiendo cocaína. “No estaba bien de la cabeza”, declaró ante el tribunal. A esto se suma el testimonio de los forenses y expertos que comparecerán durante la semana para evaluar si realmente sufría un brote psicótico durante el ataque.
Un perfil televisivo que se tornó en tragedia
La historia ha cobrado un interés público mayor al conocerse que el acusado había sido participante de ‘First Dates’, el popular programa de Cuatro en el que buscó pareja solo unos meses antes del crimen. Su paso por la televisión, en contraste con el brutal asesinato que se le imputa, ha provocado una fuerte reacción en la comunidad cordobesa, especialmente entre los vecinos del barrio de la Fuensanta.
¿Prisión o internamiento?
La Fiscalía solicita 13 años de prisión si el jurado determina que era consciente de sus actos. Alternativamente, se propone una pena de internamiento en centro psiquiátrico durante 17 años si se acredita la eximente completa por trastorno mental. La defensa apuesta por esta última opción, mientras la parte civil reclama responsabilidades también a la aseguradora del local, tratando de desmontar la idea de que el acusado estaba “a cargo del bar”.
El juicio continuará esta semana con la declaración de peritos y testigos presenciales que intentarán arrojar luz sobre los motivos y las circunstancias de un crimen que, más allá de la sangre derramada, plantea un difícil equilibrio entre justicia, salud mental y responsabilidad penal.