Consuelo Berlanga se despide de su gran amor
La querida presentadora de televisión Consuelo Berlanga atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida a sus 69 años. A inicios de junio de 2024, Berlanga ha tenido que decir adiós a Ricardo Pita, su esposo, confidente y amigo de casi cuatro décadas.
Berlanga y Pita compartieron una vida de amor y discreción, prefiriendo siempre la intimidad sobre la atención mediática. Una fuente confiable revela a EL ESPAÑOL que esta despedida silenciosa no sólo fue el deseo de Berlanga, sino también el de su marido, quien siempre valoró su privacidad y la de su familia. Berlanga, conocida por su estilo reservado, agradece los mensajes de apoyo recibidos, aunque sigue prefiriendo mantener su dolor en el ámbito privado.
Una vida alejada de los focos
Ricardo Pita fue una figura que siempre evitó la atención pública, un rasgo que Berlanga respetó profundamente. Aunque aparecieron juntos en contadas ocasiones, como en la 44º edición de los Premios Antena de Oro en noviembre de 2016, Pita siempre mantuvo un perfil bajo. Berlanga se está acostumbrando a una vida sin su «segunda mitad», buscando fuerzas en su hijo Ricardo Jr. y en sus hermanas, quienes no la dejan sola en estos momentos difíciles.
La presentadora reside en Madrid, en la casa que compartió con su esposo, pero encuentra refugio en Calpe, Alicante y en El Espinar, Segovia. Estos lugares se han convertido en sus santuarios de paz, lejos del bullicio de la ciudad. Berlanga y su hijo están profundamente unidos, y aunque Ricardo Jr. prefiere mantenerse fuera del foco mediático, sigue vinculado al mundo de la comunicación, influenciado por su madre y su padrino, Jesús Hermida.
El retiro de Berlanga y su regreso esporádico a los medios
Consuelo Berlanga decidió apartarse de los medios de comunicación, un retiro que no sólo fue por decisión propia sino también por respeto al deseo de su esposo. Aunque se alejó de la televisión, Berlanga no dejó completamente los medios, colaborando ocasionalmente en programas como Madrid Directo en Telemadrid junto a su amiga Nieves Herrero.
Berlanga, natural de Aguilar de la Frontera, Córdoba, no siente nostalgia por su época de intensa presencia mediática. «No necesita de esa vanidad,» comenta una fuente cercana. Su vida interior rica le permite mantenerse alejada de los focos, encontrando satisfacción en una vida menos pública.
Un amor duradero y una despedida íntima
Ricardo Pita fue velado en el Tanatorio Norte de Madrid y enterrado en El Espinar, Segovia, en una ceremonia íntima. Sus amigas y colegas de toda la vida, como Nieves Herrero, Irma Soriano y Mariló Montero, estuvieron presentes para apoyar a Berlanga en este difícil momento. La historia de amor entre Consuelo y Ricardo, que comenzó en un crucero gracias a una amiga común, fue una de las pocas veces que Berlanga compartió detalles de su vida privada.
Desde sus inicios con Jesús Hermida, Berlanga siempre luchó por mantener su vida personal fuera del escrutinio público. Su trayectoria profesional, llena de éxitos en radio y televisión, la llevó a ser una de las figuras más queridas del panorama nacional.
Una carrera marcada por éxitos y decisiones valientes
El año 1987 fue un punto de inflexión en la carrera de Berlanga, cuando Hermida le dio la oportunidad que cambiaría su vida. Trabajó con grandes nombres como Chicho Ibáñez Serrador y presentó programas icónicos como Waku Waku. Sin embargo, en 2009, decidió dar un giro a su carrera y volver a sus raíces en la radio.
La televisión, que comenzaba a ofrecer menos oportunidades en el campo de la información, la llevó a tomar una decisión inesperada: participar en el reality show Supervivientes. Aunque su paso por el programa fue breve, marcó el final de su carrera televisiva, cerrando su última etapa junto a María Teresa Campos en Qué tiempo tan feliz.
La vida de Consuelo Berlanga es un testimonio de amor, dedicación y resiliencia. Ahora, en su momento más difícil, sigue encontrando fuerzas en su familia y en los recuerdos de una vida compartida con el hombre que fue su compañero fiel durante casi cuarenta años.