Susana y su hermano, dos caminos distintos en ‘First Dates’
Susana llegó a ‘First Dates’ de la mano de su hermano, con la ilusión de encontrar el amor en televisión igual que hizo su padre en el pasado. La joven, de 29 años, se animó a participar en el conocido programa de citas con la esperanza de que la experiencia le cambiase la vida. Sin embargo, lo que prometía ser una noche de ilusión y química acabó en una experiencia desigual entre hermanos.
Un hermano con suerte y una cita que no convenció
El hermano de Susana tuvo más suerte en su cita, disfrutando de un ambiente relajado y de una conexión fluida con la persona que le asignaron en el programa. Mientras tanto, la cita de Susana se complicó desde el principio, incluso antes de que se sentaran en la mesa.
El propio hermano ya intuyó que no iba a ser su tipo nada más conocerlo en la barra del restaurante. Juan, 28 años, entrenador personal, divorciado y natural de Málaga, era su cita de la noche. Muy alto, con bigote, gafas y un físico trabajado, el joven fue descrito como alguien de carácter algo «parado», algo que hizo dudar al hermano de Susana sobre si harían buena pareja.
Un comienzo con ilusión que pronto se torció
En un primer momento, Susana se sintió atraída por su altura y no dudó en admitir que le gustaba, diciendo que le hacía sentir «porque me siento como protegida». Sin embargo, a medida que la velada avanzaba, la ilusión inicial se fue desvaneciendo. Durante la grabación, Susana se levantó para ir al baño y aprovechó para comentar con su hermano, sin tapujos: «De cara no… No me gusta, está un poco bizco».
Falta de química y un toque de humor en la velada
En un intento de aliviar la tensión, el equipo del programa invitó a ambas parejas a reunirse en la zona de baile para destensar los nervios. Allí, la soltera que estaba con el hermano de Susana y la propia Susana hicieron buenas migas, compartiendo impresiones sobre sus citas. Ambas coincidieron en que sus respectivos solteros eran «bastante parados» y que no había conexión.
Durante la cita, Susana trató de mantener la esperanza en el momento íntimo de la propuesta de beso, gracias al pergamino que suelen utilizar en el programa, pero la química seguía sin aparecer. “Es una cosa de química. Le he tocado el bíceps y no ha funcionado”, confesaba Susana a su padre en una llamada telefónica durante el transcurso del programa.
Una decisión clara en la ceremonia final
Llegado el momento de la decisión final, Juan expresó con sinceridad que deseaba seguir conociendo a Susana. Sin embargo, la joven tenía clara su respuesta. «Porque nos ha faltado atracción sexual. Eres deportista y buena persona, pero me ha faltado la chispa», le dijo amablemente antes de dar la cita por finalizada.
Una experiencia distinta para cada uno
Al final de la noche, Susana y su hermano regresaron a casa con sensaciones opuestas: mientras él había vivido una cita prometedora, ella se marchaba de ‘First Dates’ con la certeza de que, a pesar de la ilusión, no había encontrado esa chispa que buscaba.
Así, la experiencia de Susana deja claro que, aunque la televisión puede ofrecer una oportunidad para conocer a alguien especial, la conexión auténtica y la atracción son elementos que no se pueden forzar, ni siquiera bajo los focos de un plató y las cámaras de un reality de amor.